sábado, 3 de junio de 2017

LA VUELTA AL MUNDO EN...

Esto estaba acabando con su paciencia. Vaya cantidad de sandeces juntas. Todos esos señores pertenecientes al Reform Club de Londres se pisaban al hablar, comentaban en pequeños grupos y su carácter excéntrico impedía llevar a cabo una conversación fructífera y llevadera. ¿Acaso esos señores trajeados no habían ido a la escuela? ¿Es que nadie les había enseñado a escuchar? Se tenía que controlar o sino su temperamento le iba a fallar. Su indignación se estaba convirtiendo en verdadero enfado ya que no se estaban jugando una partida de cartas, no señor, estaban hablando de un asunto de mayor envergadura, dar la vuelta al mundo en 80 días. 

Lo que había empezado como un diálogo, donde cada uno sumaba su aportación sin contraponer la de nadie, se estaba convirtiendo en un verdadero debate a dos bandos donde se contraponían las posturas, donde ninguno de ambos bandos apostaba nada, nadie parecía confiar en él, se reían ante la idea de ver al extravagante Phileas Fogg como trotamundos.

Passepartout, mayordomo del flemático y solitario lord inglés, Phileas Fogg, observaba junto a la puerta. Él, que había estado la mitad de su vida dedicado a la vida circense, viajando de un lugar a otro, había desarrollado la capacidad de adaptarse con rapidez a una nueva lengua, un nuevo idioma. El circo le había enseñado muchas cosas, entre ellas que el lenguaje es lo que nos da la capacidad de expresarnos, hablar y pensar, y que esto se concreta en las diferentes lenguas del mundo, lo que llamamos idiomas. Ahora su vida había cambiado y tenía que dejar atrás los trapecios, las noches de espectáculo y el traqueteante movimiento de las carretas por los caminos de la campiña francesa. Tenía que esmerarse en adecuar su comunicación a un nuevo contexto, tenía que pulir su competencia comunicativa, y si para ello debía actuar, así sería, pues nunca dejaría de ser un artista de circo.


Mientras recordaba esto se preguntaba si todos aquellos señores de la alta sociedad inglesa eran conscientes de ello, si alguna vez se habían parado a pensarlo o si sólo se reunían para discutir asuntos sin ningún trasfondo. ¿Cómo habían acabado así? No le dio tiempo a buscar la causa, un Phileas Fogg enfurecido pasó a su lado, cogió su bastón y con un portazo salió de la sala al tiempo que gritaba: 

- Passepartout, haz las maletas, nos estamos jugando mucho dinero. 

Tips del profesor. Cuando estemos en un aula no podemos permitir que la situación se nos vaya de las manos y acabe como en el Reform Club de Londres esta noche de 1976. El aula es un ensayo de la vida, debemos favorecer un buen ambiente de escucha y respeto para fomentar la expresión oral en el aula. Para conseguir esto podemos hacer dinámicas breves que nos ayuden a conocer a los alumnos en su entorno natural, hablando con soltura y sin distorsiones. Para fomentar la colaboración y la escucha entre ellos es conveniente preguntar a los demás qué les parece la aportación de un compañero y crear oportunidades para que los demás digan su opinión. A hablar se aprende hablando en diferentes contextos y situaciones. 

Phileas Fogg no salió de su casa las dos semanas siguientes. Mandaba a Passpartout a la biblioteca nacional todos los días con una larga lista de títulos de libros para documentarse. El señor Fogg estaba planeando el viaje, buscando atajos y elaborando el itinerario que iban a seguir. Ya no llevaba una rutina normal, sólo leía y devoraba libros de todas las maneras posibles, sentado, andando por la sala de estar, tirado en algunos de los sillones... El mayordomo francés estaba admirado y preocupado a la vez. ¿Cómo conseguía leer tan rápido? ¿Era capaz de comprender todo lo que leía? ¿Cómo recordaba todos los datos que estaba leyendo? Él había intentado imitar a su compañero británico, pero era incapaz de hacerlo. Sus labios susurraban lo que iba leyendo y dividía las palabras en sílabas creyendo que así se leía más rápido. Acababa doliéndole la espalda porque acercaba mucho sus ojos al libro y tardaba siglos en leer un párrafo.

Para Passpartout todo eso era frustrante: leer y no saber qué, no recordar algunas de las cosas del último capítulo y releer párrafos una y otra vez hasta poder comprenderlo. Por eso no aguantaba mucho rato con un libro entre las manos, pero no se sentía mal por ello, había otras maneras de aprender, de saber más… no obstante, envidiaba la capacidad de Phileas y en lo más profundo deseaba poder leer como él. Nunca le habían enseñado que leer va más allá de la descodificación, es interpretar, relacionar, analizar, reflexionar… en definitiva, aquello que llamamos leer entre líneas. Porque además leer amplía el acervo cultural de la persona, le ayuda a conocer más su entorno y el contexto en el que vive. 

Tips del profesor: La competencia lectora se puede trabajar mucho antes de que el alumno sepa leer cuentos, historias… Es importante trabajar simultáneamente la lectura y la memoria. Nunca debemos dejar en manos del niño algo tan complejo como es la lectura, hay que acompañarles en este proceso. Existen tres métodos para la lectura, todos con sus ventajas y desventajas: sintético (divide las palabras en partes pequeñas que carecen de significado), analítico (ve la palabra como un todo dentro de un contexto) y mixto (coge un poco de los anteriores y busca acercarse a los intereses del niño). Si observamos dificultades en algún alumno es importante trabajar la ruta contraria a la que se ha trabajado.



         - No. No. Eso último que he dicho bórralo, no me gusta cómo está quedando. 

Viajaban en uno de los vagones del tren nocturno que les dejaría en París, donde poder coger otro ferrocarril hasta Turín. El Lord inglés había tratado de escribir una carta en varias ocasiones, pero no contaba con que se marease tan rápido. Recostado en el asiento y con los ojos cerrados le dictaba a Passpartout el contenido de la carta.

Phileas no contaba con que su reciente mayordomo tuviese una caligrafía tan espléndida. Era cierto que su ritmo de escritura dejaba mucho que desear y había que repetirle varias veces las cosas, pero ya tendrían tiempo para practicar y pulir esos detalles. La grafía del francés era redonda y limpia, con algunos rasgos infantiles. El Señor Fogg, como hombre culto que era y reconocido intelectual de Londres observó en silencio al muchacho que escribía frente a él e hizo un rápido análisis. Hay varios factores que se deben tener en cuenta en el desarrollo de la motricidad básica: el nivel de desarrollo de la persona (factores físico - fisiológicos), su madurez (factores psíquico-cognitivos) y el ambiente aprendió a escribir esa persona, su entorno (factores socioculturales).

Se quedó observándole un rato más. Era increíble ver todo el proceso grafomotor desde fuera, cómo las ideas que él tenía en su cabeza cobraban forma sobre el papel con las hábiles manos de Passpartout. Cómo se unían en un mismo momento la cabeza y la mano, la importancia de la dirección en la que se movían los dedos, la inclinación del brazo, la coordinación de la vista… Era un conjunto sorprendente. Estaban en una época marcada por la Revolución Industrial, una época de cambio, no obstante, la mayor revolución se había producido miles de años antes, el día en que los hombres inventaron la escritura y dieron sentido a un puñado de símbolos gráficos que representan pensamientos, ideas, sentimientos… Esto de la escritura era una maravilla. 

Tips del profesor: La grafomotricidad es un aprendizaje lento que hay que trabajar mucho por eso se inicia a edades muy tempranas. Es importante dar modelos a los alumnos que puedan imitar hasta que creen ellos su propia manera de escribir, siempre dando importancia a que la letra sea legible por los demás. Para este aprendizaje existen varios métodos.

Podemos empezar por ir de lo más pequeño a lo más grande por medio de la composición (método sintético) o ir de lo más general a lo concreto a través del descubrimiento de la grafía y la automatización (método analítico).  También elaborar un método de base constructivista donde no exista un código a seguir. Sea cual sea nuestra elección no podemos perder de vista lo más importante, el alumno, por lo que nos acercaremos a la escritura desde sus intereses.  

El viaje en ferrocarril era todo un espectáculo. Ante sus ojos el paisaje cambiaba a una velocidad vertiginosa y los días pasaban sin que uno se diese cuenta. Extensos prados y bosques se sucedían a través del cristal. Dentro del vagón, Phileas Fogg se estudiaba largas listas de vocabulario con la intención de no sentirse un extraño al llegar a nuevos destinos y poder comunicarse. Era una tarea difícil, cansada y muy repetitiva. Su mayordomo por dentro no podía evitar reírse de él, nunca conseguiría aprender el vocabulario de una nueva lengua de esa manera. Recordaba los viajes en la carreta circense y cómo jugaba con el resto de artistas a las palabras encadenadas, al cóctel de letras, el juego del respondón, la palabra viva o el ahorcado. Y decidió proponérselo al Señor Fogg.

Estuvieron jugando durante el resto del día. Primero en una lengua, luego en otra… Phileas era muy bueno y aprendía rápido, pero Passpartout tenía más experiencia. El interés del señor Fogg hizo que fuesen un poco más allá profundizasen también en la escritura de las palabras que habían aprendido. Tuvieron diálogos lingüísticos, jugaron a cambiar acentos y a la palmada. El día se les pasó volando, sin darse cuenta de cómo habían trabajado las bases fundamentales de la ortografía, la atención, la memoria visual y el uso funcional de la escritura. 

Tips del profesor:  El vocabulario se debe trabajar de manera contextualizada ya que el vocabulario siempre se adquiere en un contexto por lo que debemos eliminar las palabras a aprender, las listas. Siempre debemos partir de la motivación del alumno por lo que es bueno trabajar de una manera lúdica. Antes de empezar a jugar a cualquier juego…

-          - Debemos activar conocimientos previos. “¿Todos habéis jugado alguna vez?”
- Pedimos a algún alumno que explique a los demás cómo se juega.
- Nos aseguramos de que todos hayan entendido cómo se juega. Se pueden pedir más explicaciones por parte de los alumnos y después lo explica la profesora para que quede claro y sea común a todos.
- Ponemos un ejemplo. 

La actividad la realizaremos con un porqué detrás, no para pasar un buen rato. Nos plantearemos entre 1 y 3 objetivos específicos. Después de la actividad pediremos feedback a los alumnos, qué les ha parecido, qué mejorarían, que pongan en común las estrategias que han usado… Nosotros como maestros también deberemos evaluar la actividad y ver si los objetivos que nos hemos marcado eran reales o no. 

Con su llegada a Bríndisi los dos viajeros se dieron cuenta de que tanto jueguecito en el tren apenas les había servido de algo. No eran capaces de comunicarse con los comerciantes de la ciudad o los tripulantes de los barcos para conseguir un pasaje. Sabían largas palabras, cómo escribirlas y en qué contexto usarlas, pero no eran capaces de formular una frase, colocarlas con sentido para que los demás les entendiesen. No conocían qué elementos y reglas se necesitaban para hacer oraciones coherentes donde se integrasen la morfología y la sintaxis de la manera correcta. Y el tiempo corría en su contra, no podían perder más tiempo, necesitaban un pasaje de barco hasta Suez, su próximo destino.
¿Lo conseguirán?

Tips del profesor: Si temes enfrentarte a la morfosintaxis es porque en nuestra etapa escolar nos la enseñaron mal. Se debe trabajar desde pequeños y siempre adecuándolo al nivel de nuestros alumnos, dándole un sentido y a un ritmo lento, sin pasar a lo siguiente hasta que no se haya interiorizado lo anterior. Para ello es necesario que primero nos reeduquemos nosotros en este tema para poder enseñarlo de la manera correcta.

Conclusión:

Mi motivación por esta asignatura caía en picado según pasaban las sesiones y es que todo lo referido a la lengua castellana y sus entresijos pocas veces me ha interesado. Muchas definiciones y términos que hace tiempo que no escuchaba volvían a aparecer en clase y, como en otras ocasiones, no las retenía en mi cabeza. Todo esto creo que queda reflejado en este artículo, que podría haber sido más completo y estar más trabajado. Cursar esta asignatura me ha servido para conocer herramientas que me ayuden en un futuro a crear interés en mis alumnos por la lengua castellana y su conocimiento.

No obstante, ahora miro hacia atrás y me doy cuenta de cuánto he aprendido en esta asignatura a pesar de mi desinterés. Me llevo todo lo trabajado en el bloque V de morfología y sintaxis, ver un sentido al análisis que hemos trabajado durante toda nuestra etapa escolar, creo que es el bloque donde más he aprendido.