viernes, 20 de enero de 2017

TRAS LAS HUELLAS DE...

Estaban ante el caso más difícil de todo su recorrido profesional. Nadie se explicaba cómo iban a avanzar las cosas de ahí en adelante, pero confiaban en el tándem prodigioso formado por Sherlock Holmes y John Watson. Tenían por delante una ardua tarea, recoger pistas y claves importantes para configurar una gran red de pensamientos literarios. ¿Cómo lo harían?

Sherlock, más racional que su compañero trató de buscar un punto de partida, definir literatura. Se sumergió en sí mismo y buscó en conversaciones de antaño, las clases del colegio, artículos enciclopédicos que había leído… Nada. Leyó lo que había escrito en el papel y sólo vio palabras inconexas: expresión, creatividad, cultura, costumbres, transmisión, imaginación… ¿Qué se le estaba escapando? Había pasado algo por alto y no sabía qué.

Desde una esquina de la habitación, entre las hojas de periódico Watson veía cómo su amigo se colapsaba otra vez. Sonrió. Él sabía qué era eso que a su compañero le faltaba. Se levantó lentamente y con voz tranquila le dijo a Sherlock “Arte, querido amigo, la literatura es arte”. Después desapareció de la habitación. Watson lo había vuelto a hacer, como fuerte brisa había dispersado la niebla que impedía al detective ver un poco más allá. Abrió el block de notas y lo apuntó:

Literatura: arte creado con palabras

- Watsooon! – Necesitaba que le aclarasen algunas cosas, no podíaquedarse a la mitad - ¿Cómo lo has sabido? Explícate

    - Te lo he dicho mil veces Sherlock, te falta sentimiento. Cuando indagas buscas instrumentos, cosas funcionales, sin embargo, el arte va más allá del punto de vista funcional. El arte va directo a las emociones. Estamos ante un caso de literatura y no puedes buscar el fin de este arte porque la literatura es un fin en sí mismo.

Sherlock le daba la espalda y pasaba las hojas del block sin orden alguno, ¿Qué estaría pasando por esa cabeza? Watson decidió preparar té, seguro que así pensaría con más calma, pero ese día no habría té. 

    - Coge mi gabardina Watson, yo pediré un taxi, nos vamos.

"Usted ve, pero no observa" (Bloque 1)

A Watson no le gustaba viajar en taxi con su compañero, era un espacio muy pequeño para alguien con grandes pensamientos y sentía que allí ocupaba más espacio del que debiera. Pero hoy todo estaba saliendo diferente, Watson sentía que hoy era él el verdadero cerebro del caso y eso le llenaba de satisfacción.

Se pasó todo el trayecto contándole a Sherlock el recorrido histórico de la Literatura y cómo antes se creaba con el fin de aprender y los niños la adoptaron de manera obligada. ¡Qué cara se le quedó a Sherlock cuando le dijo que había sido engañado toda su vida! Watson no había medido sus palabras y supo que había golpeado fuertemente a arrogancia de Sherlock.  Lo salvó rápidamente y calmó su incipiente enfado con una sola palabra: paraliteratura. Ese es el nombre que recibe la literatura que se ha leído en los últimos siglos.

Justo en el momento exacto en el que parecía que se iba a desatar una grave discusión entre los pasajeros del taxi, llegaron a su destino. Desde el jardín delantero de la casa les observaba un personaje calvo, con arrugas en la frente, enfundado en una chaqueta verde caza sobre una camisa de cuadros. Estaba serio, pero en sus ojos asomaba un brillo de ilusión. Era el mismísimo Roal Dahl.



Estuvieron toda la tarde en compañía de uno de los escritores de literatura infantil más reconocidos a nivel internacional. Les sirvió té, cosa que Watson agradeció mucho, pero Sherlock apenas lo probó, él no estaba allí para merendar sino para indagar. El tema de la literatura, su historia y los niños le daban dolor de cabeza. Tras un exhaustivo interrogatorio Holmes añadió a su libreta las cuatro claves imprescindibles que más tarde le ayudarían a diferenciar un texto literario de uno paraliterario:
  1. El texto debe ser artístico
  2. En el texto se hace uso de la función poética del lenguaje
  3. Debe ser un texto de ficción
  4. Debe pertenecer a uno de los tres géneros literarios: narrativa, teatro o prosa
Bajo la apariencia de un hombre mayor al que se le cae el poco pelo que le queda en la cabeza Holmes apreció que Roal Dahl era un niño y por eso escribía sus novelas desde la perspectiva infantil. Esta apreciación la corroboró cuando le oyó decir

  - “Los adultos son criaturas llenas de caprichos y secretos” querido Sherlock. Si quiere avanzar con su investigación pregúntele a ellos. 

   - Así lo haré, señor Dalh. Una última pregunta. ¿Qué me puede usted decir sobre la poesía infantil? ¿Algo importante que debiera saber.

         - Oh sí, buena pregunta. Es importante que conozca la influencia de Gloria Fuertes. Si la llega a conocer pensará que está chiflada porque no deja de decir cosas sin sentido, pero eso es lo que atrae verdaderamente a los niños. ¿Sabe que soy mayor que ella sólo por unos meses?

Fuera había empezado a llover. Watson intentaba parar algún taxi bajo la lluvia mientras Holmes y el señor Dahl esperaban bajo el dintel de la puerta. Dahl olía a galletas de jengibre, mostraba una expresión bonachona y miraba a Holmes fijamente, lo que hacía que Sherlock se incomodara.

         - Sabe señor Holmes, si quiere ganarse a los niños escúcheles, cree situaciones donde ellos se sientan identificados y haga preguntas donde ellos puedan empatizar con los personajes. Piense ¿qué le gustaría a un niño? Venga, inténtelo, ¿Qué les gusta a los niños?

         - El… ¿Chocolate?

La expresión en la cara del escritor cambió lentamente. Sus ojos se abrieron, se alzaron sus cejas arrugando la piel de la frente formando numerosas cordilleras y su boca se abrió hasta alcanzar el tamaño de un melocotón gigante.

         - ¡¡¡Es usted un genio Señor Holmes!!! ¡Un verdadero genio! ¡Pues claro que sí, CHOCOLATE! – Sin dejar de gritar se giró, dando saltitos cerró la puerta y su figura desapareció tras la cristalera mientras se le seguía oyendo.

"Lo que un hombre puede inventar, otro lo puede descubrir" (Bloque 2)

           - Ni lo sueñes Watson, no pienso meterme en un colegio lleno de niños chillando y sorbiéndose la nariz. Ni hablar. 

Atravesaban Hyde Park con paso ligero por si volvía a llover, esquivando los charcos. Sherlock era consciente de que en algún momento de la investigación tendría que encontrarse con niños, pero quería retrasarlo cuanto pudiese. Había algo que escapaba a la lógica, una idea que flotaba en su cabeza y quería encontrar el hueco donde poder meterla, no podía pensar con claridad teniendo eso rondando por ahí.

Todas las historias tienen un origen, su autor. ¿Todas? Eso es lo que el detective quería solucionar. Existían historias con orígenes inciertos. Habían llegado a una calle estrecha donde el único establecimiento que parecía tenerse en pie era una pequeña taberna. La iluminación del local era cálida, el suelo crujía a sus pies y una campanilla avisó de su llegada. Estaba vacío de no ser por un muchacho que secaba algunas jarras y una figura oscura en una de las mesas de la esquina.

Se trataba de Margaret, una señora mayor envuelta en bufandas y abrigos que miraba por encima de sus cabezas. No era la primera vez que se veían, Margaret era un pozo de historias y había ayudado a Sherlock en varias ocasiones.

         - Folclore – dijo Margaret – Eso es lo que buscas, ¿no? Una etiqueta para todas esas historias que no sabes de dónde vienen.
Le habían explicado el caso brevemente. En ningún momento les interrumpió. Tenía el rostro surcado de arrugas y una mirada verde profunda. Cuánto sabía la gente mayor y qué poco valorados estaban. Les miraba por encima de las gafas y en su boca se vislumbraba una tímida sonrisa.

     - El folclore nace en la Edad Media y engloba todo lo relacionado con la tradición cultural: danzas, vestidos, juegos, comidas, cuentos… Pero creo que tú estás aquí por los cuentos, ¿Verdad? No sabía que te iban tanto los niños Sherlock.

Watson apuntaba todo con rapidez en la libreta. Iba mucho más lento que Holmes, pero este parecía muy ocupado asimilando toda la información. La anciana siguió hablando.

        - Para que un texto sea considerado folclore no se debe conocer su autor, su transmisión debe ser oral y existen numerosas variantes sobre la misma historia. Se contaban al caer la noche, todos en torno al fuego y se transmitían de generación en generación, no eran cuentos para niños, sino para educar. Estos textos están escritos para ser contados y cantados.

        - ¿Cómo que no se conoce su autor? ¿Y los cuentos de Andersen, de Perrault y los hermanos Grimm? – el detective había despertado de su ensimismamiento.

            - Creía que era más listo Señor Holmes. Esos autores son recopiladores, ponen por escrito los cuentos que les han contado en amplios volúmenes, y no sólo eso, sino que además añaden y cambian cosas ya sea para educar a la corte, para evitar temas tabúes a los niños o porque simplemente querían modificar el cuento y escribirlo a su manera. No se deje engañar, los cuentos han sido creados para ser contados no leídos y por eso se deben transmitir de manera oral.

Si lo que necesita para resolver su caso son manifestaciones folclóricas infantiles, donde más puede encontrar es en la poesía, en el verso. Siempre relacionado con el juego y el movimiento corporal: rimas, danzas, cantos... Lo más difícil es encontrar manifestaciones teatrales, pero siempre puede recurrir a los títeres y las marionetas - su tono de voz era más intenso. 

Watson levantó la mirada de su block de nota, ahora lleno de apuntes por los márgenes y palabras importantes en mayúsculas. Sherlock miraba fijamente a la anciana que estaba recostada en la silla mientras observaba la lluvia que caía en la calle, más oscura ahora que había caído la noche.

           - ¿Qué me puede decir de Propp, Margaret?

        - Que es un genio que se aventuró a ordenar y clasificar el gran baúl de la prosa folclore. Reunió todos los textos y los separó en cuentos de animales, cuentos de fórmula y cuentos maravillosos. Se encontró ante el gran dilema de las fábulas, que dan una moraleja explícita al lector, y las diferenció de las enseñanzas morales. Nunca haga eso Señor Holmes, no use las moralejas, deje que los oyentes saquen sus propias conclusiones de la historia.

         - ¿Y qué conclusión saca usted de esto? ¿Por qué esta vez no me pide nada a cambio de su ayuda?

         - Cada vez me quedan menos años Sherlock y el tema de tu investigación necesita ser resuelto. Los niños necesitan textos que les acerquen a su cultura, necesitan saber de dónde vienen. Necesitamos personas que transmitan el folclore y que esto no se pierda, es su generación Señor Holmes la que tiene que coger el relevo y así sucesivamente.

No hablaron en todo el camino de vuelta a Baker Street. Esa noche Holmes no cenó y Watson no se preocupó por él. Margaret había tocado algo dentro de Sherlock que nadie más había hecho nunca, hacerle volver a sentir niño a través de las historias que le contaron de pequeño.

"Confieso que he estado más ciego que un topo, pero más vale aprender tarde que no aprender nunca" (Bloque 3)

Se presentaron en el Instituto Cervantes a primera hora de la mañana. Varios grupos de profesores trabajaban en ese mismo momento en un proyecto de renovación literaria. En otras palabras, buscar la manera adecuada de transmitir la historia de la Literatura a los alumnos en los colegios. Había decidió acudir ahí porque sabía la complejidad del proyecto que tenían entre sus manos estos estudiantes y necesitaba consejo para presentarse en el colegio. Resumir años y años de literatura para meterlo en cabezas tan pequeñas de niños tan inquietos… era algo que a Sherlock le asombraba.

Los romances y las jarchas, las calamidades de La Celestina y la supervivencia de El Lazarillo de Tormes. Las Novelas Ejemplares y los rifirrafes entre Quevedo y Góngora. El Realismo de la mano de Benito Pérez Galdós hasta los clásicos contemporáneos con Antonio Machado. Verdaderamente, era una tarea difícil la que tenían por delante aquellos jóvenes estudiantes.

Mientras Holmes hacía ese repaso por la historia de la literatura española y se paseaba entre las mesas llenas de apuntes y estudiantes enfrascados en algo llamado “gymkanas”, Watson observaba la gran estatua del hidalgo más famoso de Castilla.


- Mira Sherlock, si tuvieses un caballo podríamos ser como ellos.

- Claro que sí Watson, sólo te falta un botijo y engordar unos cuantos kilos – dijo Sherlock sin apartarse de las mesas repletas de hojas.

Cogió un montón y hojeó los escritos por encima: historia, historia y más historia. Ninguna clave que le fuese a ayudar en el colegio, pero él notaba que estaba cerca. Cogió más montones y siguió ojeando. ¡Ajá! Ya lo tenía. Con paso decidido y una sonrisa en la cara, Sherlock se dirigió a la puerta de salida.

          - Vámonos Watson, ya tengo lo que buscaba – dijo a la vez que se guardaba un folio en el bolsillo interno de su gabardina.

“El maestro, al presentar la literatura clásica a sus alumnos, ha de entender que cualquier arte ha nacido para el hombre y no al revés; el arte no puede servir para crear barreras entre los seres humanos y hay que respetar el nivel de comprensión del niño y valorar su propia interpretación de los textos aun cuando no corresponda con nuestra propia lectura que, por otra parte, puede no responder al referente del autor.”

"No hay nada más engañoso que un hecho evidente" (Bloque 4)

No le gustaban los niños porque era algo que no podía controlar. El pensamiento de un adulto era predecible y si fallaba a la primera la segunda vez sabía que acertaría. Con un niño todo era diferente, nunca sabes por dónde va a salir, se plantea cosas inconcebibles, ve más allá de la realidad y busca juegos donde no los hay. Pero tenía que hacerlo, intuía que su visita al colegio iba a ser un punto de inflexión en su investigación.

En los pasillos del colegio no se veía el suelo, estaba enterrado bajo abrigos, mochilas, bufandas y… libros. Qué curioso, libros tirados por los suelos. Sacó su lupa y pegó la nariz al suelo al tiempo que avanzaba por el pasillo. Gracias a los avances de su investigación supo que ninguno de esos libros era literario pues pertenecían a la colección que te regalan con el periódico, enciclopedias infantiles, películas Disney plasmadas con imágenes y libros donados por el Ayuntamiento sobre cómo enviar una carta o cómo lavarse las manos.



            - ¿Se puede saber qué se supone que hace Señor Holmes? – Era el director del centro. Un personaje alto, con la espalda muy recta y los brazos cruzados sobre el pecho. Con las cejas canosas y espesas y un bigote bien recortado le miraba desde arriba con el ceño fruncido.

           - Dígame director, ¿les gusta a sus alumnos la lectura? – Se avecinaba uno de los momentos favoritos de Sherlock, dejar a la otra persona descolocada por sus hipótesis y deducciones.

El director meneó la cabeza de un lado a otro sin saber a dónde quería llegar aquel detective que se había colado en uno de los pasillos de su colegio.

       - Le explicaré porqué. Tienen las bibliotecas de aula en el pasillo, un lugar de tránsito constante y avalanchas de niños ruidosos cuando suben y bajan al recreo. Eso hace que los libros se caigan por los golpes y el tumulto de personas que pasan a la vez. Sin embargo, no parece importarles porque los libros son donaciones y ediciones baratas por no decir gratis. Si a ustedes no les importa su deterioro mucho menos a los alumnos que tratan los libros como si se tratasen de revistas del corazón.

Por otro lado, colocar las bibliotecas de aula fuera de la clase es una incongruencia. Si los niños no tienen contacto con los libros me explicará usted el interés que tendrán por leer. Centrémonos ahora en la figura del maestro. Todos ellos con portátiles bajo el brazo detalle que nos dice que no tienen interés por la lectura y mucho menos la infantil. Sus alumnos leen, pero leen por obligación. Los maestros no sienten el desafío que supone mantener el deseo lector de los alumnos. ¿Qué opina director, me falta algo?

La cara del director había pasado por toda la gama de colores posibles para un rostro humano. En ese momento estaba pálido y confundido. Sherlock sonrió, lo había vuelto a conseguir, la primera vez en toda investigación. Echaba de menos ese sentimiento de superioridad. Sherlock sacó una de sus tarjetas del bolsillo de la gabardina y se la extendió al director:

      - Ahora iré a un club de lectura que se reúne todos los miércoles. Si quiere saber más llámeme mañana.

El Club de lectura se encontraba a pocas manzanas de centro escolar. Watson le había recomendado ese grupo hacía unas semanas y él nunca había ido, le daba grima compartir con su compañero algo que no fuesen crímenes y delitos. Pensaba que se encontraría con ancianos jubilados y amas de casa que leen novelas románticas, sin embargo, ahora se encontraba sentado entre jóvenes y algún que otro niño comentando la última novela de aventuras del mercado infantil. Los participantes hablaban sin parar moderados por una muchacha discreta con el pelo recogido en un moño y gafas sobre la cabeza.

        - Tan importante es presentar el libro de manera atractiva como dialogar a lo largo de la lectura Señor Holmes – le dijo la Señorita más tarde mientras tomaban un café – Hay que centrarse en que los jóvenes se acostumbren a dialogar, queremos que aprendan a leer literatura y por eso hay que acompañarles en el proceso. Lo que nos interesa es el intercambio de opiniones y, sobre todo, la reflexión y argumentación.

Watson miraba la escena desde lejos. Le encantaba ver cómo su compañero se había sumergido sin ser consciente en el misterio de la Literatura. Ya no estaba angustiado por resolver el misterio, sino que se dejaba llevar por los acontecimientos, estaba disfrutando.

                - Tan importante es saber leer como que nos guste y por ello debemos regalarles a los niños el descubrimiento del mundo mágico de la lectura. Es un regalo tan sencillo y tan bonito Señor Holmes… Los participantes de estas tertulias crean huellas emocionales con los libros que leen, es lo mejor que les puedes dar como maestro.

Sherlock estaba embobado. No sabía si porque el café todavía no había hecho efecto, porque los datos de la investigación se agolpaban en su cabeza o si era debido a la señorita que tenía delante, su delicadeza al hablar y su pasión cuando se refería a los libros.

"Para una gran mente, nada es pequeño" (Bloque 5)

Volvieron al colegio a la hora del medio día. Los pasillos estaban tranquilos y no se veía al director por ninguna parte. Pero Sherlock no iba buscando a ningún director, estaba preparado para hablar con el verdadero protagonista de este caso, la pieza principal de todo esto, los niños. Había tantos que no sabía por dónde empezar así que utilizo la estrategia contraria, dejar que ellos le encontrasen a él. Se sentó en la primera aula que encontró abierta y esperó.

Como era costumbre no había contado qué se disponía a hacer a Watson, pero su fiel compañero esperaba junto a él expectante por lo que pudiera pasar. Holmes estaba tranquilo, se había dejado caer en una de las sillas de espalda la puerta mientras que su amigo estaba inclinado sobre la mesa, esperando que algo pasase sin apartar la mirada de la entrada. A los pocos minutos una cara curiosa se asomó.

            - Sólo vengo a por mí cuaderno de historias, ya me iba. 

Bordado en su jersey aparecía su nombre, Simon. Llevaba los cordones desatados, la camisa se le salía por la parte delantera de los pantalones y en las rodillas tenía marcas de barro. Tenía el pelo oscuro como el marrón de los árboles por la noche, lo llevaba despeinado y sostenía un gorro en su mano derecha. Unas cuantas pecas se agolpaban debajo de sus ojos y, tal como predijo Sherlock, se sorbía la nariz constantemente.

         - Simon, siéntate. ¿Por qué te gusta escribir? ¿Te obligan a hacerlo?

            - No señor, lo hago porque me gusta.

Sherlock no entendía nada. ¿Cómo le podía gustar escribir? ¡Si sólo era un niño! Escribir era cosa de reporteros, novelistas y redactores de periódicos.

               - Explícate Simon, me empiezo a poner nervioso y no quiero perder aquí todo el día.

           -  Cuando tu escribes todo es posible Señor, no hay barreras y nadie te puede decir que está mal. ¿Quieres que haya dragones que jueguen al tenis? Puede haberlos. ¿Te gusta más qué una gran ola se coma Londres? Puede pasar ¿Prefieres ser invisible y poder colarte en las casas de los demás? Esa es mi historia favorita, por cierto. Me gusta escribir. Usted en mi cuento llevaría la ropa del revés, hablaría indio y nadie le entendería.

Watson soltó una risita. Simon se levantó y cogió su cuaderno. Se puso el gorro de nuevo hasta las cejas y con una sonrisa se despidió. Sherlock se levantó despacio, se puso la gabardina y sonrió ampliamente. 

     - Volvamos a casa.
     - Pero… ¿Cómo? ¿Qué ha pasado?
     - El caso está resuelto, elemental mi querido Watson

Recorrido, experiencias y conclusión

Teorizamos mucho sobre las cosas y las vivimos poco. Si no hubiésemos tenido un periodo de prácticas en un colegio habríamos sido grandes teóricos literarios, pero no habríamos sido maestros de literatura. Sólo cuando pones en marcha lo aprendido te das cuenta de fallos y aciertos que existen en los colegios. En las prácticas me encontré con lo que se encontraron Sherlock y Watson al entrar en el colegio. Ha sido una gran experiencia para saber cómo no quiero trabajar en un futuro la literatura.

Al realizar las actividades de cada bloque me he ido dando cuenta de la cantidad de cosas que nos quedan por aprender y menos mal, de verdad, menos mal, que por lo menos algunas de ellas ya las hemos aprendido a través de estas actividades. En resumen, he aprendido que…

… Si tú no lees un libro nunca podrás recomendárselo a tus alumnos.

… Si analizas bien todo el libro (por dentro y por fuera) tendrás a los alumnos encantados con la lectura.

… Si cuentas un cuento folclórico en el aula te conviertes en mago y paras el tiempo.

… Si no transmitimos lo que nos han enseñado a nosotros, habrá maravillas que se perderán.


… Si olvidamos nuestro pasado y dejamos de lado a los grandes escritores españoles educaremos en la incultura y la comodidad.


… Nunca se es demasiado pequeño para leer a ciertos autores, sólo hay que respetar el nivel de comprensión de los niños.


… Si nosotros no leemos no esperemos que nuestros alumnos lean.


… Si forzamos a la lectura conseguiremos niños obedientes pero que no disfruten.


...  La Psicolgía evolutiva debe ser nuestro referente al preparar actividades.

… Si tenemos una idea ¿por qué no la escribimos?


… Tener libros no es caro, los puedes hacer tú.


… Educamos para la creatividad, pero es lo primero que nos falta a nosotros.


… No hay que animar, hay que contagiar.


… Somos maestros y por tanto ejemplo.

Acabo esta asignatura como si fuese a emprender un viaje, con una maleta llena de recursos, comentarios, correcciones, mejoras, ideas… Y con la recomendación de Arthur Conan Doyle:

«Adapta las teorías a los hechos en vez de los hechos a las teorías»


Nota: Los títulos de los bloques son citas de Arthur C. Doyle, creador del  reconocido detective Sherlock Holmes y su compañero John Watson. Estas citas se corresponden con el ánimo y la percepción de la literatura que he tenido a lo largo de los bloques.


Bibliografía: 

  • Apuntes de la asignatura  aportados por la profesora Irune Labajo.
  • (2017, 01). Citas Roal Dahl. Muy Interesante. Obtenido 01, 2017, de http://www.muyinteresante.es/cultura/arte-cultura/articulo/10-frases-celebres-de-roald-dahl-601410354947
  • (2017, 01). Citas Arthur Conan Doyle. Psicoactiva. Obtenido 01, 2017, de https://www.psicoactiva.com/blog/las-50-mejores-frases-de-arthur-conan-doyle/




viernes, 13 de enero de 2017

CREACIÓN LITERARIA

Dicen que los niños son los más creativos de todos por eso de que todavía no les han puesto barreras y su cabeza permite que todo ocurra y sea posible. ¿Por qué esto ha cambiado? ¿Por qué los alumnos con 7 años dejan de pintar lo que quieren y dibujan cosas estereotipadas o sus historias son “normales y corrientes”? Han cambiado las tornas, no es que sean creativos es que hay que enseñarles a ser creativos.

Creación literaria en prosa

La estrategia que he utilizado para crear el siguiente texto es imaginar una historia a partir de dos personajes que no tienen nada que ver, cambiando el espacio y el tiempo de uno de ellos. Este texto lo usaría como recurso en un aula de 4º de Primaria pues los alumnos conocen los personajes y será más cercano y atractivo para ellos.

                                                                                                                          

"No sabía qué hacer. Es verdad que se sentía agradecido, su Majestad le había concedido todos sus deseos: tres carabelas, el título de Virrey, provisiones para toda la expedición y una tripulación formada por los mejores bucaneros y marineros de los navíos de Castilla. Pero la impotencia y desesperación que sentía Colón crecía según pasaban los días. No entendía por qué en un viaje tan importante él tenía que hacerse cargo de ese pintor. ¿No se podía haber quedado en la corte dibujando sus girasoles?

Van Gogh, ¡Vaya nombre! Le ponía de los nervios. Todo el mundo de un lado a otro cargando cuerdas, atando cabos y arriando las velas. Todos menos él, que se pasaba el día pintando en la proa de la embarcación. Sentado con su sombrero de paja como si estuviese solo en el mundo. Normal que los cuadros le quedasen tan movidos y con los trazos bailando en el lienzo. Había elegido el peor sitio de todos para dibujar.

Cuando servían la comida él no aparecía, contestaba con gruñidos y estaba siempre irritable. Y cuando Colón le dio la bienvenida a la expedición… ¡Eso sí que fue el colmo! ¡Caramba con el holandés! Pasó de largo, como si estuviese haciendo algo rutinario y todos los días se enrolase en La Pinta. No se podía ser tan maleducado. Cuando no tenía un lienzo bajo el brazo y la camisa llena de pigmentos pareciese que estuviese desubicado, como si ese no fuese su lugar en el mundo.

Después de tanto tiempo Colón había desistido, no podía hacer nada por él, su presencia amargaba la travesía, siempre melancólico y con la mirada perdida. Alguien así no era bueno para la expedición. Tenía ganas de pisar tierra firme y dejarle ahí. Mejor aún, le dejaría caer cuando llegasen al final de la Tierra, por ese abismo de monstruos que se extiende cuando acaba el mar. Sí. Eso haría, así tendría algo menos de lo que preocuparse."


                                                                                                                        


Creación literaria en verso

Creado a partir de la técnica del encadenamiento, donde la palabra final de un verso es la primera del siguiente. Texto creado para los alumnos de último curso de primaria por el tema del poema, un tema de actualidad. A lo mejor nos ayuda a empatizar y pensar, incluso a razonar. ¿Qué podemos hacer nosotros desde el lugar que ocupamos?


Mires donde mires sólo hay agua.
Agua por todas partes, agua hasta el infinito.
Infinito que en algún momento dejará de crecer.
Crecer. Buena palabra, pero mejor la esperanza.
Esperanza que no pierdo. Sólo quiero llegar a Lesbos.
Lesbos, fría tierra de oportunidades.
Oportunidades más allá de las pateras.
Una casa, un trabajo. Vida nueva.



Creación dramática

Este texto ha sido escrito a partir de la técnica ¿Y después del texto? Han colaborado en su creación 3 niños de 7 años. La historia elegida ha sido Caperucita Roja. El texto lo usaría en cualquiera de los cursos del Primer Ciclo de Primaria. El proceso de creación fue muy entretenido y divertido, todo era posible. Pero mejor aún fue la representación. Para ello usaron títeres y marionetas, reunieron a todos sus familiares y tuvimos una tarde de teatro fantástica.

                                                                                                                         

(Caperucita ha llegado a casa de su abuelita atravesando el camino del bosque. Se ha encontrado al lobo y después de hablar ha continuado hasta la casa de su abuela. Ahora está junto a la cama de su abuelita, la cual tiene un aspecto horrible.)

Caperucita: ¡Oh abuelita! Qué orejas más grandes tienes.
Huesitos: Es para oírte mejor.
Caperucita: ¡Oh abuelita! Qué boca más grande tienes.
Huesitos: ¡Es para comerte mejor!
Caperucita: (corriendo de un lado a otro mientras huye del lobo) ¡Aaah! ¡Socorro!

(¡Pum! Se abre la puerta de un golpe y aparece otro lobo)

Pelillos: Pero bueno Huesitos, ¿Otra vez asustando a los niños? Ya te he dicho que ese es trabajo de fantasmas, leones y los monstruos de debajo de la cama.

Huesitos: Pero Pelillos, sólo estábamos jugando
Caperucita: Pues a mí no me parece un juego muy divertido, la verdad.
Pelillos: Por favor Huesitos, nosotros nunca caeríamos tan bajo, qué vergüenza…
Huesitos: Yo no quiero ser lobo, quiero dar miedo, pero no puedo… Ni siquiera a la abuelita le he dado miedo, está en la cocina preparándome tostadas.
Caperucita: ¿Y si vas al colegio “Sustos de disgusto”? Allí aprenderás a dar miedo.
Pelillos: ¡Ni hablar! Después de trabajar tanto para que los niños empiecen a vernos como algo bueno no irá ningún lobo a la academia de sustos. No, me niego.

(¡Pum! Aparece una bruja piruja por arte de magia.)

Caperucita: ¡Vaya susto me has dado!
Bruja piruja: ¿Alguien ha dicho sustos? Quien quiera asustar que coja la escobilla del baño y que me siga, las clases están a punto de empezar.
Huesitos: (Con la escobilla del baño en la mano) ¡Yo, yo me voy contigo!
Pelillos: Por todos los conejos del bosque que tú no te mueves.

(¡Pum! La puerta se abre y aparece la abuelita con una bandeja llena de merienda.)

Abuelita: ¿Quién quiere zumo de remolachas? Este me ha salido mejor que nunca.

(Todos se sientan a la mesa. Comen tostadas y meriendan zumo de remolacha)





     

                                                                                                                           


Creación de un libro

El siguiente libro ha sido creado por y para niños de 7 años, segundo de primaria. La estrategia que utilizamos fue la Hipótesis Absurda. Los personajes fueron propuestos por los propios alumnos y tras la votación salieron ganadores los personajes de la saga de Star Wars, personajes que se cuelan un día en la vida de Simón. Una historia surrealista con muchos toques de humor y, lo más importante, una historia suya.

Cada alumno completaba la historia basándose en lo que habían dicho sus compañeros anteriormente. Al acabar cada uno escribió su intervención en un folio de colores e ilustró la escena. Colocando las hojas en orden y encuadernándolas nos quedó un libro muy atractivo. A continuación una muestra de algunas páginas. 



"EntoncesLuck Skywalker luchando con un StarTruper 
le dijo es un sueño. Estaban en el patio. Hacia mucho calor. 
También estaba Dar Bader arriba en la nabe"


"A Simón todo le habla. Luego fue al 
colegio en la entra apareció un mostro"


"Simón se va de miedo y se encuentra con 
el Rey Muerte y el Rey Muerte llama a su ejército 
pero menos mal que los zombis van despacio"




Conclusión:


Nadie puede dar lo que no tiene. Si los maestros no somos creativos, ni jugamos al “no vale pisar blanco”; si no creamos nuevos mundos, ni personajes fantásticos, ¿cómo vamos a contagiar el gusto por la imaginación a nuestros alumnos? No podemos pedir que creen historias y relatos si nosotros no somos capaces de hacerlo.

Por otro lado, debemos dar sentido a lo que hacemos. No creamos porque sí. Escribimos para expresarnos, para compartir, para regalar, para animar… Pocas cosas son peores que no encontrar sentido a lo que haces porque entonces eso pasa a ser una obligación.

Creo que no hay nada que defina mejor la conclusión que saco de esta entrega que no sea este poema y reflexión del Dr. Saturnino de la Torre:

Confía en tus alumnos y tendrás personas confiadas
Respeta a tus alumnos y tendrás personas educadas
Escucha a tus alumnos y tendrás personas que saben resolver problemas
Ayuda a tus alumnos y tendrás personas que ayudan
Tolera los errores de tus alumnos y tendrás personas tolerantes con los demás
Informa con sentido crítico a tus alumnos y tendrás personas informadas y formadas
Valora lo positivo de tus alumnos y tendrás personas positivas
Imagina métodos creativos y tendrás alumnos entusiastas
Da cuanto sabes y tendrás alumnos ricos en ideas
Anima a decir sus ideas a tus alumnos y tendrás personas sinceras
Da todo el potencial del mundo, estimula a tus alumnos y tendrás personas creativas

(Dr. Saturnino de la Torre)



Bibliografía:

  • Estrategias MOODLE.